¡Apadrine a un niño hoy!

Creo que Dios puso el deseo en mi corazón. Pasé mi niñez en la pobreza, aquí en Estados Unidos. Sé lo que es no tener qué comer y a los 7 años pedirle a Dios que ayudara a mi familia. Me llena de humildad poder ayudar a otro niño, renovar su espíritu en Jesús, llenar de esperanza su corazón desde mi corazón. ¡Miremos a Sus hijos a través de Sus ojos! Gracias, que el Señor les bendiga.

Mi marido y yo no tenemos hijos, pero nos sentimos bendecidos al poder apadrinar un cierto número de niños a través de Compassion International. Las cartas que reciba de su niño serán a su vez una bendición para usted. Es una organización asombrosa donde puede usted estar seguro de que el dinero que envía será utilizado para el propósito que usted indicó. Gracias, Compassion, por todo lo que hace y por poner manos a la obra y permitir que nosotros podamos también actuar a través de su organización.

Mi mujer y yo esperamos con gusto que lleguen las cartas que nos permiten ver crecer a nuestra niña. Cuando sucedieron los terremotos de Haití en 2009, temíamos por su bienestar. Llamamos a Compassion y ellos trabajaron mucho para intentar saber algo de ella. ¡Sentimos tal alivio cuando nos enteramos de que la niña estaba bien! Ver cómo ha crecido de una niña de 7 años a una jovencita preciosa ha sido extraordinario. Tiene una meta en su vida y una educación que le ayudará a llegar a esa meta. Qué bendición poder ayudarle.